sábado, 18 de junio de 2016

Representantes del Irracionalismo

Joseph de Maistre (1753 -1821), noble francés, católico, diplomático y político, virulentamente adverso a la Revolución Francesa, frente a la que levantó la bandera de la reacción con el lema "trono y altar" con cierta influencia durante la Restauración monárquica francesa (que se extiende de 1815 a 1830), expresó literariamente una filosofía irracionalista, según Salvador Giner, por primera vez consciente. Su crítica al racionalismo se basó en un substrato fideísta católico de larga tradición que anteponía la fe a la razón. En esa línea, De Maistre no expresa el espíritu romántico, que detestaba, sino la “trinidad de clasicismo, monarquía e iglesia”, apoyada en otra trinidad de personajes decisivos en sus escritos: el papa, el rey y el verdugo.


Friedrich Nietzsche (1844 -1900) Pone de manifiesto cierto antirracionalismo en el carácter asistemático de sus escritos, en los que predomina el tono literario, estando compuestos en buena parte de aforismos y en algunos casos de textos de estructura poemática, como el Así habló Zaratustra. Esa obra es importante para el pensamiento ético- político básicamente por dos componentes fundamentales, uno de carácter más metodológico y otro más sustantivo.
El primer componente, en lo que podría denominarse su propuesta metodológica, aparece en los presupuestos antirracionalistas de su defensa de la "voluntad de poder", que procede de su admiración romántica por el espíritu dionisiaco frente al apolíneo, esto es, por los impulsos vitales  instintivos, libres, impredecibles, oscuros y nocturnos de las emociones y la expresividad artística frente al clasicismo, que aquí incluye al pensamiento racionalista y empirista, al que critica porque conocer es comprender todas las cosas según convenga a nuestros intereses” (Voluntad de poder).

George Sorel (1847-1922) Fue un intelectual y activista político particularmente incoherente: originariamente cristiano creyente y después anticlerical, primero socialista democrático y luego sindicalista r revolucionario y crítico de aquel socialismo, en un momento simpatizante de Charles Maurras y su grupo ultranacionalista y prefascista Action Française y al final de su vida de Lenin y la Revolución rusa. Además fue admirador de gente tan opuesta ideológica y políticamente y, en todo caso, tan variopinta como “Marx y Péguy, Lenin y Le Play, Proudhon, Nietzsche, Renan, James, Maurras y Hegel, Bergson y Mussolini”. Poco sistemático y con variadas y constantes contradicciones, sus dos obras principales, las Réflexions sur la violence y Les illusions du progrès (ambas de 1908), sólo despiertan del aburrimiento gracias a los esporádicos accesos de sus virulentas fobias: ambas obras coinciden en una crítica a la creencia en “las pamplinas burguesas” del progreso, a la democracia parlamentaria como “gobierno de demagogos”, a l socialismo reformista destinado a afirmar la propiedad privada, y en fin, al humanitarismo y a los derechos del hombre defendidos por los racionalistas e ilustrados, a los que Sorel consideró como “maestros del arte de calumniar” y “bufones de una aristocracia degenerad a” (Les illusions , pp. 126, 133 y 136).

El irracionalismo

Es una vía de pensamiento igual de válida que el racionalismo. No es la única propuesta de reflexión no racional, ni, tampoco, es necesariamente entendible como una forma de “antirracionalismo”.
Cualquier pensamiento que se salga del racionalismo es no racionalista, pero eso no implica que todas ellas se remitan o se puedan identificar con el irracionalismo y lo irracionalista.
Las dosis de irracionalismo actual tienen un origen filosófico no siempre reconocido. Desgraciadamente cuando se identifica se proclama la racionalidad del irracionalismo, es decir, la incapacidad de la razón para dar cuenta del mundo que nos rodea, para guiarnos en la vida.
Lo más sorprendente de este ataque a la racionalidad estriba en el uso de la lógica para propugnar verdaderas simplezas como que todo es relativo y que no hay verdades absolutas. Si todo es relativo habría que decir que ya hay algo que es absoluto: esa afirmación.
La conclusión es absurda al igual que la de los que niegan la existencia de todo porque se contradicen al afirmar algo como existente: la nada.
Suponiendo que fuera cierto ese argumento ilógico habría que plantearse las repercusiones que el pensamiento irracional tiene en nuestras vidas.
La primera impresión que nos brinda el irracionalismo es que nos hunde en una visión de la vida donde nunca puede uno saber si actúa bien o mal. La siguiente conclusión es más apesadumbradora: si no puedo captar la realidad, cómo voy a saber si cuando veo un acantilado estoy ante un sueño o ante una imagen real. El hombre que piensa de este modo o es un hipócrita que niega lo que sus ojos ven o un ciego que quiere culparnos a los demás por ver. Como incapaz de bastarse a sí mismo, nos ofrece una visión coja del conocimiento para que nos rebajemos ante él y así igualarnos.

Creer en el irracionalismo es ponerse en las manos inciertas de la providencia, de un caudillo o de ideologías salvajes y colectivistas en las que se imparte la noción de que al ser incapaces de valernos por nosotros mismos, sólo el grupo al que pertenecemos nos salvará de tal desgracia. De ahí a creer en que los triunfos y desventuras de la gente se deben a algo indefinible como la suerte no hay más que un paso.

Origen de la Dialéctica

Resultado de imagen para dialecticaLa palabra dialéctica viene del griego "dialego", que quiere decir diálogo o polémica. Los antiguos entendían por dialéctica el arte de descubrir la verdad poniendo de manifiesto las contradicciones en la argumentación del adversario y superando estas contradicciones. Algunos filósofos de la antiguedad entendían que el descubrimiento de las contradicciones en el proceso discursivo y el choque de las opiniones contrapuestas era el mejor medio para encontrar la verdad. Este modo dialéctico de pensar, que más tarde se hizo extensivo a los fenómenos naturales, se convirtió en el método dialéctico de conocimiento de la naturaleza, consistente en considerar los fenómenos naturales en perpetuo movimiento y cambio, y el desarrollo de la naturaleza como el resultado del desarrollo de las contradicciones existentes en ésta, como resultado de la acción recíproca de las fuerzas contradictorias en el seno de la naturaleza.

Características del Materialismo

Caracterizando su método dialéctico, Marx y Engels se remiten generalmente a Hegel, como al filósofo que formuló los rasgos fundamentales de la dialéctica. Pero esto no quiere decir que la dialéctica de Marx y Engels sea idéntica a la dialéctica hegeliana. En realidad, Marx y Engels sólo tomaron de la dialéctica de Hegel su "médula racional", desechando la corteza idealista hegeliana y desarrollando la dialéctica, para darle una forma científica moderna.
En la caracterización de su materialismo, Marx y Engels se remiten generalmente a Feuerbach, como al filósofo que restauró en sus derechos al materialismo. Pero esto no quiere decir que el materialismo de Marx y Engels sea idéntico al materialismo de Feuerbach. En realidad, Marx y Engels sólo tomaron del materialismo de Feuerbach su "médula esencial", desarrollándola hasta convertirla en la teoría científico-filosófica del materialismo y desechando su escoria idealista y ético-religiosa. Es sabido que Feuerbach, que era en lo fundamental un materialista, se rebelaba contra el nombre de materialismo. Engels declaró más de una vez que, "pese al cimiento materialista, Feuerbach no llegó a desprenderse de las ataduras idealistas tradicionales", y que "donde el verdadero idealismo de Feuerbach se pone de manifiesto es en su filosofía de la religión y en su ética".

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El materialismo histórico

Es la extensión de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social, la aplicación de los principios del materialismo dialéctico a los fenómenos de la vida de la sociedad, al estudio de ésta y de su historia.

El materialismo dialéctico

Es la concepción del mundo del Partido marxista-leninista. Llámase materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la naturaleza, su método de estudiar estos fenómenos y de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría, materialista.